La zona del norte de Kandy comprende varios puntos de interés, donde los que además de por sus playas, campos de té y gente maravillosa, se interesen por la historia antigua de Sri Lanka disfrutarán de lo lindo. Se puede pasar días visitando ruinas y restos de antiguas ciudades, leyendo sobre sus habitantes y aprendiendo sobre los orígenes del pueblo ceilandés. Haciendo base en Sigiriya, visitamos algunos de los puntos más importantes hasta que saciamos nuestra sed de conocimientos. Nos dejamos alguno que también aparece en la ruta por Sri Lanka de cualquier viajero, pero la sed ya estaba saciada y la playa nos llamaba. Los puntos que incluimos en nuestro recorrido fueron:
Sigiriya
En Sigiriya se puede ver una de las imágenes más populares del país: la Roca del León o Lion’s Rock. Se trata de una enorme roca que parece puesta ahí a propósito, con una pequeña meseta en la cima, donde un antiguo rey decidió construir allí una ciudad. La verdad es que la subida merece más la pena por las vistas espectaculares sobre todo el alrededor que por las ruinas. Éstas están bastante descuidadas y muy mal conservadas. El visitante que, como nosotros, no sea ningún experto en arqueología, al menos puede disfrutar imaginándose los tiempos en que ahí florecía una antigua civilización. Interés arqueológico aparte, el lugar es muy evocador y la panorámica desde arriba bien merece pagar los 25$ que vale la entrada y sufrir las empinadas escaleras para subir.
Los consejos que daría a visitantes serían intentar plantarse ahí lo más temprano posible para evitar las colas, llevar agua en abundancia para la subida, especialmente en días soleados, y llevarse un chubasquero o algo de manga larga para protegerse, no de la lluvia, si no de las avispas. No es una broma. Por algún motivo, en la zona hay varias colmenas enormes de avispas y de vez en cuando cierran la vía de acceso por “wasp attack”, es decir, ataque de avispas. Además, no son avispas como las que tenemos en casa, cuya picada provoca un dolor soportable unas horas y picor en los días siguientes. No sé lo que provoca una picada de las avispas de Sigiriya, pero viendo su tamaño aterrador no me gustaría averiguarlo.
Polonnaruwa
Polonnaruwa y Anuradhapura son las dos antiguas capitales de Ceilán. De ambas se conservan ruinas varias de la ciudad (palacios, templos y otros edificios). Elegimos Polonnaruwa porque decidimos que con una de las dos ya tendríamos bastante, porque por lo que sabíamos está mejor conservada que Anuradhapura y es más fácil de visitar puesto que las ruinas están menos separadas entre ellas, y porque se ajustaba mucho mejor a nuestra ruta, que seguía hacia Trincomalee.
Llegamos a Polonnaruwa desde Sigiriya en el bus y sólo bajarnos un conductor de tuk-tuk nos ofreció un precio por la entrada al complejo y el transporte entre las ruinas que nos pareció muy aceptable (hay que destacar que en Sri Lanka las entradas a los sitios históricos son desproporcionadamente caras con el resto del país, la entrada a Polonnaruwa, por ejemplo, cuesta 25$), así que aceptamos. Después resultó que la trampa consistía en que, básicamente, el conductor nos colaba por sitios donde él sabía que no había vigilantes, o los que había estaban al corriente del negocio y hacían la vista gorda. En todo caso, nos ahorramos unos euros siendo partícipes de una práctica de dudosa moral, aunque a nadie parecía importarle demasiado.
Las ruinas de Polonnaruwa son muy interesantes y muchas de ellas bastante bien conservadas. Es cierto que quien haya visitado Ayutthaya o Sukhothai en Tailandia, Bagan en Myanmar, y por supuesto Angkor en Camboya, puede encontrar que las ruinas de las ciudades antiguas de Sri Lanka son parecidas a lo que ya conocía. Sin embargo, hay algunas tallas en los antiguos templos de Polonnaruwa que son únicas, y de lo que no hay duda es de que una visita a Sri Lanka no sería completa sin conocer alguna de sus antiguas capitales.
Dambulla
Dambulla es el pueblo de mayor tamaño de la zona, aunque la ciudad en sí no tiene demasiado interés. Por lo que es famoso Dambulla es por el Templo de Oro, también conocido como Dambulla Caves ya que lo más celebre del templo son las cuevas excavadas en la roca, repletas de Budas. La visita es corta, no más de una hora, pero para llegar a las cuevas hay que subir unas escaleras después de comprar la entrada (de un precio también abusivo) que parecen no acabar nunca cuando se suben y se vuelven cortísimas misteriosamente cuando se bajan. Una vez arriba, la iluminación tenue en su interior y la gran cantidad de estatuas de Buda de todos los tamaños hacen de las cuevas un sitio muy especial. Se tengan o no inclinaciones religiosas, queda claro que se está en un lugar sagrado.
Tot molt interessant!!