Pasamos una semana entre dos islas locales: Dhiffushi y Huraa, ambas en el atolón del norte de Male. En las islas locales todas las guesthouses ofrecen varias actividades que, si bien no son baratas, son gran parte de la gracia de un viaje a las Maldivas, para completar los días de playa y relax.

Nuestras islas: Dhiffushi y Huraa

Una de las decisiones más difíciles que he tomado en mi vida viajera fue escoger a qué isla debíamos ir. Decidirnos entre las 1200 islas del país con el miedo de equivocarnos y llevarnos una decepción, leer la poca información que había sobre algunas de ellas hasta llegar a aprendernos el mapa de los distintos atolones con los nombres de las islas, algunos de los cuales parecen puestos a propósito para confundir al viajero, y montar el puzzle imposible entre vuelos, ferries y lanchas nos llevó más tiempo que cualquier otra parte de la preparación del viaje. Finalmente, después de valorar todas las opciones y poner los pros y contras de cada una sobre la mesa decidimos estar unos días en Dhiffushi y unos días en Huraa.

Dhiffushi se encuentra a unas 3 horas en ferry al norte de Male. Hay unas cuantas guesthouses y un par de hoteles asequibles. Justo enfrente de la bikini beach hay una isla resort a una distancia como para ir a nado, pero está prohibido ir sin tener una reserva. Además de las actividades que se pueden contratar directamente en las guesthouses, en la playa, que no hace más de 20 metros de largo, hay 2 o 3 puestos que ofrecen varias opciones de ocio (motos acuáticas, wake-board, kite-surf, excursiones de snorkeling o excursiones a un sandbank), aparte de 2 centros de buceo. Más adelante explicaré un poco más sobre las actividades. El pueblecito cuenta además con un par de cafés y un restaurante, una mezquita, algunas tiendas con provisiones varias y un par de tiendas de souvenirs.

Calle de la mezquita en la isla local

Calle de la mezquita en la isla local.

Camino para entrar a la bikini beach de Huraa

Camino para entrar a la bikini beach de Huraa.

Huraa está a medio camino entre Male y Dhiffushi, a aproximadamente una hora y media en el ferry público diario. Aunque la isla es de tamaño parecido a Dhiffushi, el pueblo es un poco más grande, aunque hay menos infraestructura turística. Comparado con la primera, hay menos guesthouses, sólo hay un café, y se ofrecen menos actividades, pero la bikini beach está mucho más aislada y es más tranquila. Hay notablemente más tiendas de souvenirs porque, como nos explicaron los vendedores, hay 2 o 3 islas resort muy cerca y los turistas que se hospedan allí, que normalmente tienen un poder adquisitivo alto, suelen ir a Huraa en excursiones de un día, y suponen una fuente de ingresos importantes para los vendedores de recuerdos.

Actividades en las Maldivas

Snorkeling

Excursión de snorkeling para ver tortugas marinas.

Si Maldivas impresiona por sus playas y sus aguas de azules inimaginables, todavía es más impresionante su fondo marino. La mejor forma de descubrirlo es haciendo buceo, pero para los que no se atrevan o, sencillamente, no lo prefieran, el snorkeling es igual de memorable. Basta con coger una máscara y un tubo y salir a explorar desde la playa, pero se pueden contratar excursiones, normalmente baratas, en que te llevan en barco hasta puntos donde saben que es fácil ver tortugas marinas, mantas o tiburones.

Sandbank

Esta era la que más ilusión nos hacía y fue la que más nos gustó. Consiste básicamente en que te lleven a un banco de arena y te dejen allí unas 2 horas con una sombrilla, un par de sillas, y una neverita con algún refresco. No se puede explicar muy bien la sensación de estar en un banco de arena en medio del océano; es parecido a lo que sentí cuando dormí en un oasis en medio del Sáhara hace unos años. Es una experiencia que nadie que vaya a las Maldivas debería perderse. Sin embargo, hay que comentar que nos esperábamos estar solos en un banco para nosotros, y no hubo forma de hacérselo entender al barquero. En teoría depende de las mareas que haya suficientes bancos cerca para que puedas estar en uno “privado” o tengas que compartirlo, aunque no pareció que el hombre intentara encontrar uno desierto. De todas formas, debíamos ser unas 10 personas en el momento que éramos más, y no hizo que la experiencia fuera menos increíble.

Las sillas y la sombrilla que nos dejaron en el sandbank.

Las sillas y la sombrilla que nos dejaron en el sandbank.

Delfines

Otra excursión que se puede hacer es ir a ver delfines cerca de la isla. Normalmente son al atardecer y, de esta forma, si no se consigue ver a los cetáceos al menos se habrá disfrutado de una bonita puesta de sol. De todas formas, casi siempre se ven, aunque lo normal es verlos nadar de lejos y salir a respirar de vez en cuando. Hay que ser muy afortunado para verlos saltar.

Motos de agua

No es una actividad para la que haya que irse a las Maldivas a hacerla, pero conducir una moto de agua es divertidísimo, y hacerlo en un entorno tan privilegiado es especial. Nosotros las combinamos y fuimos a ver delfines en moto de agua, lo cual nos encantó.

Deportes acuáticos

A parte de las que he comentado, dependiendo de la guesthouse o la isla, se ofrece la opción de hacer deportes acuáticos varios. Se puede hacer kitesurf, wakeboard, windsurf, esquí acuático, surf… No probamos ninguna, porque preferíamos hacer otras que sólo pudiéramos hacer en las Maldivas, pero los amantes de este tipo de deportes pueden disfrutar de lo lindo con ellas.